Huerta otoño-invierno: Qué cultivar durante los meses más fríos del año

La producción no para. En la época de temperaturas bajas también podés cosechar tus propios alimentos. Todos los consejos para organizarte y preparar tu próxima siembra. 


La huerta de aromáticas y de hortalizas funciona todo el año. Las hierbas son un buen puntapié para dar tus primeros pasos, aunque también podés incluir una selección de hortalizas y verduras de hoja. Éstas últimas, en particular, son de fácil cultivo: no requieren de gran espacio y cuidados, y si planificás una siembra escalonada, siempre tendrás cortes para disfrutar de una rica ensalada o preparación.

La tarea de cultivar alimentos para el consumo en casa suma cada vez más adeptos. Si todavía no te iniciaste en el fascinante mundo de la huerta, hoy te contamos cómo prepararte para vivir una temporada invernal a plena jardinería.

Una huerta en casa nos conecta a los tiempos de la naturaleza. Aprendemos sobre los ciclos y a ser pacientes para obtener los frutos de nuestro trabajo. Es una tarea ideal para involucrar a los niños y realizar en familia. 


Prestá atención al calendario

Para comenzar, hay que tener en cuenta que cada especie tiene su calendario de siembra. La zona en la que habitas es clave. Cuánto más se cumple con la fecha de siembra estipulada, más chances de que las plantas crezcan y se desarrollen normalmente, y con ello el producto a cosechar.

Las variedades que recomienda el INTA para comenzar son: acelga, ajo, arveja, apio, brócoli, cebolla, espinaca, habas, lechuga, perejil, rabanito, radicheta, rúcula, remolacha, repollo, zanahoria.

Lo ideal es sumar también flores (Alelí, Agua de nieve, Caléndula, Conejito), ya que son las que atraen a insectos beneficiosos que te ayudarán a combatir las plagas.

¿Qué es lo que más te gustaría tener en tu huerta? Los gustos personales y familiares de consumo van a determinar esa respuesta. Un consejo: si es tu primera vez en hacer una huerta, es mejor iniciarse con menos especies hasta adquirir experiencia y conocimiento. Seguramente no vas a abastecer el consumo de tu familia con la producción, pero sí complementar la alimentación con cosechas espaciadas pero ricas en nutrientes, agroecológicas, libres de pesticidas y con el sabor de lo hecho en casa.



Elegí la ubicación ideal

La cantidad de horas de luz solar directa es clave para la vida de las especies que conformen tu huerta. A mayor cantidad de horas de sol directo, más apropiado será el sitio para que las plantas se puedan desarrollar como esperamos. Lo mínimo es que reciba entre 4 y 6 horas de sol.

Una vez elegido el lugar, al disponer las plantas hay que proyectar su crecimiento. Lo ideal es dejar un espacio entre cada una, para que luego no compitan por el lugar y todas se desarrollen bien.

En la época de frío regá tu huerta cada cinco días o cuando observes que el sustrato está seco. Hay que poner atención especial a este punto, ya que un riego a última hora del día podría generar un congelamiento de las raíces. Durante el verano el riego debe ser diario.


Mejorá la tierra

La tierra de patio no es la óptima para tus cultivos. Anteriormente te explicamos por qué es clave la tierra para tus plantas . La fórmula base es conseguir un sustrato aireado y liviano, en el cual las raíces se puedan extender y desarrollar con éxito. En el vivero contamos con tierra para huerta.

Podés armar la huerta en un espacio en el suelo, en cajones, en alguna estructura vertical sobre la pared o en una maceta si es el único lugar disponible en un balcón. Todos son espacios aptos para cultivar. Lo que te recomendamos es que abones la tierra para mejorar su calidad. Podés añadir compost, lo que mejorará notablemente su capacidad nutritiva. Y también tu huerta estará a pleno si cada tanto le aplicás té de banana, ya que es un preparado que estimula la floración.

Cultivar puede extenderse a la generación de compost con nuestros residuos orgánicos. El resultado derivará en una mejor producción de la huerta.


Hay hortalizas de hoja, otras que dan frutos y otras que nos proveen de raíces que consumimos -como la zanahoria-. No te desanimes si al principio no funciona. La tarea hortícola es milenaria, y hay un montón de saberes para incorporar. Conocer las especies que estás sembrando te dará herramientas para seguir adelante. Y si tenés dudas, no dudes en acercarte al vivero donde te esperamos con el mayor asesoramiento.

¡Buena cosecha!

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