¿Te pasó alguna vez que al regar tus plantas el agua se quede detenida en la superficie? Esa es una señal de que algo no está bien. Hoy te compartiremos todos los tips para que puedas preparar tu propio sustrato y también chequear cómo está el de tus macetas.
La tierra es el elemento que contiene y alimenta a las plantas. En ella cada ejemplar puede fijar, extender sus raíces y absorber los nutrientes del agua. Dotar a una planta de un sustrato adecuado es clave para su vida y desarrollo, tan importante como brindarle un correcto riego e iluminación.
Cuando sumes una planta del vivero y la trasplantes a su nuevo contenedor, es muy importante elegir cuál será esa tierra que coloques en la maceta.
Los consejos que te compartiremos hoy también valen para las plantas que ya tenés en tu casa, que una vez por año necesitan renovar parte de su tierra.
Pero ¿Cómo identificar si contamos con una buena tierra? Estamos frente a un buen compuesto cuando éste es liviano. Si al levantarlo la tierra se escurre entre tus dedos, o al regarlo la evacuación del agua es automática, es el ideal.
Qué tiene que tener un sustrato
Las plantas viven en un suelo específico, el mejor sustrato que podemos brindarles es el resultado de una mezcla de diferentes elementos.
Existe una fórmula para una preparación base que sirve en general para todas las plantas: dos partes de tierra negra, una parte de compost, una parte de perlita y media parte de vermiculita. Todos los componentes los conseguís en el vivero. La mezcla podes hacerla en un balde o contenedor grande y luego traspasar a la maceta.
La tierra negra es el ingrediente principal, y en este punto nos detenemos. Existen diferentes calidades y no todas son ideales para una planta que se desarrolla en una maceta. La tierra que se suele utilizar para rellenar el terreno de un patio, por ejemplo, no es la óptima para ubicar en un contenedor. Ésta no cuenta con nutrientes y con el tiempo se pone dura y obstaculiza el crecimiento normal de las raíces de las plantas. Te aconsejamos conseguir una tierra de buena calidad, que sea suelta y porosa.Mirá la diferencia entre la tierra de patio (izq) y un sustrato adecuado (der). |
La perlita, en cambio, es un material inorgánico pero igual de perfecto para sumar a la mezcla de tus macetas. No aporta nutrientes, sino que su virtud es mejorar la calidad física del sustrato: lo aliviana. Es un mineral de origen volcánico, super liviano, que mantiene la aireación. La perlita absorbe unas veinte veces su peso, por lo que al regar cada grano aumenta su tamaño y luego va liberando el agua paulatinamente.
Por último, la vermiculita, es un mineral que también permite que el sustrato no se apelmace. Además de sumarlo a la tierra podés utilizarlo como material de terminación, es decir, colocar una fina capa en el nivel superior de la maceta. De esta manera, la vermiculita funciona como una barrera para cuidar a las raíces del calor del verano o el frío del invierno, como así también de la pérdida de humedad.
Todo listo ¡A trasplantar!
Cuando ya tengas la mezcla lista, podés realizar el trasplante de tu planta al contenedor adecuado. Siempre colocá en el fondo de la maceta una capa de piedras -sin tapar los drenajes- y arriba el sustrato que preparaste.
Un tip extra: para reducir el estrés que representa el proceso en tu planta, tené en cuenta el clima y la estación del año. Si es invierno te recomendamos hacerlo al mediodía. Si es verano al resguardo del sol y en los horarios más frescos, es decir, a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde.
Ya tomaste nota de todos los consejos, en el vivero contamos con todos los insumos para que puedas prepararte para vivir un día a pura jardinería. Seguinos en nuestras redes para conocer más sobre cómo cuidar tus plantas.
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