Vista dorada: cultivá girasoles en tu jardín

Una belleza singular caracteriza a esta flor que busca constantemente la luz solar. Sustrato suelto y colocación de un tutor, algunos de los secretos para que se desarrolle con éxito. 


¿Experimentaste alguna vez con el cultivo de girasoles en tu jardín? Son un símbolo de alegría, vitalidad y brillo. Si lo elegís para tu patio podrás disfrutar de su belleza y obtener sus semillas.

El girasol es una planta que se desarrolla durante la temporada de calor y, si lo incluís en el sector de huerta, se convertirá en un imán para atraer polinizadores. 

Los girasoles no solo son un ícono en el mundo de las flores, sino también representan una aventura hortícola. Cultivarlos puede ser una experiencia gratificante y terapéutica. 

El primer paso para cultivarlos exitosamente es seleccionar un lugar soleado y bien drenado en tu jardín. Los girasoles aman la luz solar directa durante la mayor parte del día. El suelo debe ser fértil y suelto, con un buen drenaje para evitar la acumulación de agua alrededor de las raíces. Antes de plantar, enriquece el suelo con compost para asegurarte de que tus girasoles tengan acceso a los nutrientes necesarios.

El girasol necesita un mínimo de seis horas de sol pleno. 

Hay características que distinguen a esta planta de otras, principalmente por su comportamiento frente al sol. Sus hojas son ásperas, grandes y rugosas al tacto, tu tallo es robusto y velloso, mientras que los pétalos de las flores son de un color amarillo intenso y se desarrollan en lo alto. 


Existen diferentes variedades de girasoles. Algunas son enanas y otras plantas son muy altas, y pueden alcanzar alturas asombrosas. Las variedades más chicas alcanzan 1,5 metros aproximadamente, por lo que son ideales para jardines pequeños. Mientras que los gigantes, que parten desde los 3,5 metros de altura son perfectos para crear un impacto visual impresionante. Te recomendamos elegir la que mejor se adapte a tu espacio y preferencias. 

Hay numerosas variedades de girasoles. Si adquirís un girasol de variedad enana, podés cultivarlo en una maceta profunda, de 10 litros o más. El resto te aconsejamos que los plantes directamente en la tierra. 

Para mantener saludables a tus girasoles es fundamental realizar un riego regular, especialmente durante los períodos secos. Pero atención, no le hará bien si se genera un encharcamiento, ya que el exceso de agua puede causar la pudrición de las raíces. 

Eliminá las malas hierbas que crezcan a su lado, ya que competirán por los nutrientes con tus girasoles.

Si decides cultivar variedades de girasoles gigantes, es probable que necesites proporcionarles un soporte. Utiliza estacas o tutores para mantener las plantas erguidas y evitar que se doblen bajo su propio peso.

Los girasoles crecerán y florecerán entre el verano y principios del otoño. A medida que las flores se abran hacia el sol, tu jardín se llenará de colores cálidos y vibrantes. 


A medida de que las flores se marchiten, podés podarlas para evitar que la planta dedique energía a la producción de semillas. Para hacerlo siempre utilizá tijera de podar desinfectada y con filo, lo que es fundamental para hacer un corte limpio. También te aconsejamos retirar las hojas secas o dañadas, ya que podrían propiciar la aparición de plagas. 

Si te gusta la idea de cosechar las semillas de tus girasoles, espera hasta que los centros de las flores se vuelvan marrones y las semillas estén secas. Luego, corta las cabezas de las flores y colócalas en un lugar cálido y seco para que las semillas terminen de secarse antes de guardarlas.

Te invitamos a venir al vivero a ver los ejemplares disponibles. Estamos en San Juan 250, General Roca. ¡Te esperamos!

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