Seguramente, observando algún jardín, te pasó quedarte impresionado con una planta que daba una hermosa flor de un tono muy particular parecido al lavanda. Ese es el efecto Agapanthus. Es prácticamente imposible no percatarse de su presencia y de su belleza.
Es una planta de origen africano que brinda color y presencia al jardín, pero hay que saberla esperar. Es una especie que pone a prueba nuestra paciencia porque puede tardar hasta dos años para dar su primera flor. La espera vale la pena en ese preciso instante en el que ves el tallo, que puede alcanzar hasta el metro y medio, florecer en una especie de racimo de pequeñas florecitas que forman una más grande y son un espectáculo a vivo color.
Si bien se trata de una planta cuyo origen difiere ampliamente de nuestro clima, sus cuidados son muy sencillos. También es de gran ayuda, el poder de resistencia que tiene el agapanthus para sobrellevar estos cambios. Quédate leyendo este artículo, y descubrí en detalles sus necesidades.
Ubicación
El agapanthus, si bien adora el sol pleno, se adapta muy bien a los espacios en semisombra. En cualquiera de estas opciones, va a crecer y florecer sin problemas. Es conveniente evitar zonas muy ventosas, ya que puede atentar contra la flor durante la floración.
Se puede plantar tanto en maceta, como directo en tierra. La ventaja de tenerla en maceta, es que durante el invierno es más fácil protegerla de las heladas. Además, esto permite tenerla en balcones, entradas, galerías, y otros lugares donde cultivar en tierra no es posible.
Clima
Y hablando de heladas... Como te contábamos, es una planta de cuidados simples. Sin embargo, el detalle más importante es protegerla de las heladas que pueden ser letales para esta planta.
Si el agapanthus se encuentra en maceta, la solución más fácil es ubicarla en algún lugar donde se encuentre protegido de temperaturas inferiores a los -5º. Si crece en tierra, se debe cubrir con una manta la parte de las hojas, y con hojas secas (también pueden ser mantas de jardín) las raíces.
Riego
Es una planta de raíces tuberosas, y esto hace que los cuidados se asemejen a los de las plantas de bulbo. Durante el invierno, no es necesario regar la planta. De hecho, no tiene sentido hacerlo porque se encuentra en reposo invernal.
En cambio, durante la primavera y verano, precisa mucha humedad para mantener sus hojas y flores. Se recomienda riego constante y abundante. Si notás que las hojas se ponen amarillentas, puede ser que sea a causa de exceso de agua.
Tierra
Al tratarse de una planta de origen africano y con una especie de raíces muy específicas, no resiste los encharcamientos. Precisa de un buen drenaje, que se puede lograr mezclando el sustrato con una tercera parte de arena. Recordamos que esta debe ser de río, y no de construcción, ya que viene del mar y la sal puede deshidratar la planta.
Tóxica
Esta especie es tóxica en su totalidad. Es importante tenerlo en cuenta para ubicarla en un lugar que no sea un riesgos para las mascotas del hogar. La ingesta de sus hojas puede provocar vómitos y diarrea. Si por alguna circunstancia debes manipular sus flores, es esencial que laves tus manos urgente y no toques tu piel ni la cara antes de hacerlo.
A pesar de esto, hay un pequeño animalito que la toxicidad de la planta no lo atemoriza. Los caracoles son la gran amenaza del agapanthus, y pueden darse un manjar si se encuentran con estas hojas tan deliciosas.
Si no conocías esta planta, al ver estas fotos, estamos seguros de que compartís con nosotros la belleza increíble de sus flores, y la idea de que sus cuidados compensan el placer de tenerlas en nuestros jardines.
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